lunes, 6 de agosto de 2007

¿Quieres ser Van Gogh?

Impresionista, rebelde, revolucionario y, por supuesto, genio son algunos de los calificativos de este gran exponente de la pintura del siglo XIX. El amigo Vincent se reconocía como un artista que pintaba la realidad que no se ve. Era fiel a su estilo de vida y a su gran amor: la pintura. Tal vez, una de las pocas personalidades que predicaba con el ejemplo.
Subsistía gracias al dinero que le daba su hermano Theo. Van Gogh era incapaz de perdurar en un trabajo porque no toleraba el maltrato, la injusticia social, el engaño y por sobre todas las cosas realizar actividades que no sentía.
Genio loco. Capaz de auto flagelarse para retener el amor. Quema su mano con una lámpara al no poder quedarse con el amor de Kee, su prima, que fuera obligada por su padre a rechazarlo. Años más tarde, corta su oreja luego que su colega impresionista Paul Gauguin lo abandonara después haber compartido casa y arte durante, al menos, un mes.
Vincent no fue contemporáneo del reconocimiento popular de su arte pero alcanzó la inmortalidad, esa que tanto ansiaba y de la que estaba seguro que llegaría.

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