Me pierdo para encontrarme en tus ojos
y tus piedras equilibran mi balanza.
Me ahogo para oxigenarme con tu brisa
y un vacío se completa con la unión.
Impulsos audaces y miedos latentes
librando la batalla de lo incierto.
Palabras y una lágrima,
en la puerta de un laberinto al que deseo eterno.
-LEo-
martes, 9 de octubre de 2007
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