"Gracias divino", me dijo mientras colaboraba con "una monedita para el intérprete". Minutos antes había terminado de dar un discurso en apoyo a la Ley de Abastecimiento; siempre sentado sobre su banquito, el que lo ayuda a deleitar a los pasajeros con las melodías que regala con su interminable bandoneón.
Positivo, amable, generoso y extrovertido. Siempre regala buen humor, un repertorio de milongas magistralmente interpretado y un mensaje contundente: "Sólo el amor salvará al mundo".
Pedro Martín Nutz es el nombre de este genio o simplemente "el ahijado de Pepe Biondi" como muchos creen conocerlo. Lo cierto es que en alguna oportunidad le escuché decir que ganó un concurso -en televisión- de imitadores del gran cómico y por ello le quedó el apodo. Cabe destacar que su parecido físico es asombroso, más aun si se tiene la posibilidad de escucharlo componiendo su imitación de "Patapufete" o "que suerte pa' la desgracia".
Se presenta como un jubilado que regala música en el tren para poder vivir. Aunque siempre pasa la gorra también le sirve una sonrisa y, por supuesto, los aplausos.
Acomoda su delantal para cubrir su camisa y pantalón de vestir, que se compra con lo que ahorra pagando el abono del tren porque "para poder subir al tren hay que tener boleto", y comienza a inflar el fuelle para que el 2 por 4 se apodere del vagón.
Pienso que es asombrosa la energía y la pasión que tiene cuando toca pero más increíble es su actitud hacia la vida y su mensaje positivo. Que el amor salve al mundo no es sólo una frase, es una forma de vivir. Nos recuerda que vivimos en sociedad y que no estamos solos para enfrentarnos a la vida. Que vale la pena ayudar al que lo necesita y que debemos ser justos y honestos. Pero claro, el tiempo y la prisa nos hacen olvidar al segundo de bajar del tren la enseñanza que nos acaba de regalar este gran artista.
Al igual que Don Pedro Martín, me voy con paso firme y pregonando su mensaje:"Solo el amorrrr salvaraaaa al mundooo"
