miércoles, 9 de enero de 2008

Colón

Silencio blando.
Calles de tierra pero firmes.
El río consuela al tonto
y la arena absorbe la locura citadina.

Sólo dos.
Nuestras verdades al descubierto,
sin turbulencias ni herencias.
Así somos sin vestimenta.

Días eternos entre aguas tibias.
Placer extremo
en el ocaso caliente,
hermanado con la noche fría.

Sólo dos.
Auras desnudas en Colon.
Sólo dos.
Mis manos, tu vientre y una ilusión.

LEo