De profesión: vivir.

Caminar por las plazas y ferias de la Ciudad de Buenos Aires nos puede dar la posibilidad, además de despejarnos y disfrutar, de conocer ciertos personajes que viven la vida fuera del vertiginoso ritmo que imponen nuestras rutinas. Allí nos cruzamos desde artesanos de la madera y el vidrio hasta creadores de juegos de ingenios y dibujantes. Todos ellos, con la mejor predisposición, esperan las consultas de los domingueros maravillados de sus habilidades.

Juaro, es uno de ellos. Dibujante y caricaturista, vive de su arte y regala secretos y simpatía a quienes se acercan a disfrutar de sus creaciones. “Hay que observar a la gente, sus expresiones, sus rasgos más marcados. Ese es el primer paso para realizar una buena caricatura” cuenta motivado. Y es verdad, es un gran observador, solo con ver como se acerca una persona a sus dibujos intuye que está ante la presencia de un "colega". Y si de colegas hablamos, no duda en que "Kruger es el mejor caricaturista del mundo" y para comenzar a ser dibujante "hay que pasar por los libros de Loomis".

Su vida es a base de lápiz y papel. Sale tempranito desde San Miguel y su destino nunca es el mismo: plazas porteñas, viajes relámpagos a Córdoba, Mendoza o Santa Fe o tal vez alguna exposición.





Algunas de sus creaciones pueden verse en el Museo de la caricatura de la calle Lima al 1037, Buenos Aires - Argentina.

-LEo-