martes, 24 de julio de 2007

Bienvenida


Un ermitaño

Gris como el día,
como la noche en guardia que busca batalla.
Como la estrella pequeña
que observa la quietud.

Un sueño hecho roca,
la ciudad dormida que lo espera.
Un puño caliente en la mañana
de soledad hermética y alcoba fría.

Pasillos invadidos por la marea humana.
Túneles que ahogan esperanzas.
Boletos delatores
y herramientas que son alimento.

Se desintegra el sol en el río
como también su voluntad y su fe.
No duda el ermitaño lejos de la ciudad:
Punto final.

LEo

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